Dia D- La decision es suya - Obispo ALfredo Paulo

E GRAN EVENTO DIADOMINGO 13 DI MAY Bin y celebra hunto cu nos e dia di Mama Dicidi di vence tur e problemanan cu ta den bo bida... no perde e oportunidad aki!

viernes, 22 de octubre de 2010

                                           La Gran Tribulación



La profecía bíblica enfoca las señales del principio de dolores. Pero si considerarnos  estos dolores como tribulaciones pequeñas, comprenderemos mejor lo que viene ser la Gran tribulación.
 Y en el caso alguien estar enfrentando algún tipo de lucha en razón de su fe cristiana,  quede sabiendo que sus tribulaciones son solamente  resquicios del principio de dolores; por lo tanto, según el apóstol Pablo, estos momentos problemáticos son una leve y momentánea tribulación: “Pues esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez mas excelente y eterno peso de gloria…” (2 Corintios 4.17).
En realidad, el apóstol aclarece a nosotros que todas las tribulaciones enfrentadas por los nacidos de Dios, hasta hoy dicen respecto, apenas al primer período cristiano. Por lo tanto, son ligeros y momentáneas, aun que tenga aspecto de pesado y de perpetuo.
Sin embargo, en estos últimos tiempos, se parece que el principio de dolores tuvo inicio con la guerra en Irak. E que los medios ocupan en el discurso de armas químicas y biológicas, terrorismo con la bandera religiosa, hambres, pestes, enfermedades, terremotos, injusticias sociales, iniquidades y falta de amor.
 Todo esto son  contenidos para la humanidad sentirlo en la piel solamente el principio de los dolores que precederán la gran tribulación, una vez que éste es el segundo período del regreso del  Sr. Jesús.
 Los que consigan sobrevivir y  traspasar este segundo periodo profundamente doloroso,  serán testigos del período próximo y terrible periodo.
En las palabras del Sr. Jesús se percibe claramente la intensidad del dolor por el cual toda la humanidad pasará, por lo tanto en este tiempo que tendrá gran tribulación, así como desde el principio del mundo, nunca hubo y después de este periodo nunca tendrá.  Ni la desesperación causada para el diluvio se compara con el calor de la tortura que bajará sobre el rostro de la tierra. Anteriormente el Señor nos previno: “…Mirad que no os turbéis  porque es necesario que todo esto acontezca…” (San Mateo 24.6).

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